La extinción de los dinosaurios y la dinámica de los cambios
Como paradoja o como ejemplo de cómo son los cambios en nuestra época 4.0, la extinción de los dinosaurios presenta en una sencilla historia, lo que sucedió hace millones de años, y lo que sucede hoy.
No debía ser una época fácil para los dinosaurios. Sobrevivir cada día representaba, luchar en algunos casos, caminar largas distancias en otros. En una cadena, donde el grande se come al chico, tener cuidado del grande, representaba la posibilidad de continuar un día más con vida.
Las amenazas siempre se percibían cercanas. Un depredador mucho mayor que tú, incendios, sequías y por lo tanto falta de alimentos.
Si la teoría del meteorito es cierta y parece ser así, resulta chocante que mientras se ocupaban de luchar por su supervivencia, a millones de kilómetros y a miles de años, se gestaba su extinción. ¿Cómo se puede luchar contra lo que está tan fuera de nuestra comprensión y alcance?. Evidentemente los dinosaurios no tuvieron ninguna oportunidad. Estuvieron miles de años evolucionando para enfrentarse a su entorno, pero no pudieron hacer nada contra un cataclismo externo.
Por no referirnos a otros sectores y generalizar, nuestra industria se enfrenta al reto de la evolución y la supervivencia. Afortunadamente, nuestra era no se parece mucho, o eso parece al final del Cretácico.
En primer lugar, nuestra era y sobre todo nuestra especie tiene unas capacidades diferentes a los dinosaurios. Tenemos la capacidad del conocimiento y la suerte de la elección.
El conocimiento nos permite anticipar, prever e inventar. La elección, nos permite decidir sobre nuestro modelo de vida. No es obligado aceptar las «esclavitudes» que nos impone el progreso. La innovación y el «progreso» es libre y voluntario.
Pero no es menos cierto, que a diferencia de los dinosaurios, nosotros tenemos una gran ventaja. Sabemos que vivimos una época de cambios. Cambios constantes. Podemos no saber cómo y cuándo serán, pero sabemos que van a suceder.
Esta adaptación se nos presenta como fundamental. En el sector del Packaging y desde el punto de vista del transformador o impresor, los cambios serán como el meteorito de los dinosaurios. Se están gestando fuera del sector y a muchos kilómetros de distancia. En realidad, esto es así para prácticamente todos los sectores, porque el gran cambio está en los consumidores y sus hábitos, y sobre todo en la distribución.
En estos momentos, un director de marketing, un experto en procesos, o un psicólogo del comportamiento comercial, está decidiendo a miles de kilómetros de nosotros, sobre nuestro futuro y el de nuestra familia. De su idea, y su proyecto dependerá nuestra supervivencia.
No es el objeto de este artículo profundizar en los cambios que ya empezamos a observar. Cuando se extinguieron los dinosaurios, sobrevivieron aquellos que volaban, sobrevivieron reptiles y pequeños mamíferos. Es decir, se extinguieron los que no se adaptaron a los cambios.
La dinámica de los cambios nos exige la voluntad de abordar todos aquellos que sean necesarios. Y la única forma, es preparar a nuestras empresas para vivir en el cambio permanente y continuo. Si una evolución es percibida como definitiva ( y hay muchos motivos para que algunas sean percibidas como tales), se resentirá nuestra capacidad de adaptación, porque no hay ninguna definitiva. Después de la industria 4.0, vendrá la 5.0 y así sucesivamente.
Los cambios son radicalmente opuestos al bienestar o a la zona de confort de la empresas. Generan esfuerzo mental, económico y personal. Es por esto que cada empresa debe encontrar las fórmulas para que la dinámica del cambio constante, sea asumible tanto a nivel de esfuerzo humano como económico. Si no hacemos esto, cada cambio se apreciará como una especie de tortura por la dirección, la propiedad o los empleados. Ese es el hándicap a evitar. Que encontremos la forma de adaptar nuestra empresa a la dinámica de los cambios, es firmar el aval para nuestro éxito.
Vamos a prepararnos primero para el cambio constante, y rápidamente a ser constantemente cambiados.